Antes de utilizar las macetas de barro hay que sumergirlas durante un tiempo en agua para que los poros se llenen de agua y así evitar que este fenómeno ocurra después del transplante.
Colocar un trozo de tiesto (contenedor en forma de cono truncado con un agujero en el fondo para el drenaje) sobre el agujero antes de llenar el recipiente con tierra. Para favorecer todavía más el drenaje se puede añadir una capa de grava antes de llenar con tierra.
No llenar completamente con tierra hasta el borde, dejar libre 3 cms., para facilitar los riegos posteriores.
Para evitar que salpique la tierra en el momento de regar, se puede colocar una delgada capa de piedrecillas sobre la superficie.
Al terminar el transplante, hay que permitir que la tierra se sature de agua colocando la maceta en una cubeta de agua durante el tiempo necesario.
No es recomendable incorporar aserrín en la tierra de maceta porque el tanín que contiene es tóxico para las plantas.
Para enriquecer la tierra se puede, en el momento de hacer la preparación, añadir a la mezcla un abono químico completo tipo 10 – 30 10 en la proporción de una cucharadita de café por cada Kg. de tierra, removiendo bien todo.
En caso de mezcla casera es recomendable desinfectar la tierra antes de utilizarla de manera destruir los organismos dañinos que pueden encontrarse (hongos, bacterias) sometiéndola a temperatura de 100° C durante una hora.
En caso de utilizar recipientes que ya sirvieron, es bueno limpiarlos previamente con agua. En caso de que se trate de macetas de barro se recomienda sumergirlas durante una hora en una solución blanqueadora, idéntica a la que se utiliza blanquear la ropa.
Antes de utilizar la tierra preparada es importante tamizarla bien para eliminar todos los cuerpos extraños (pedazos de raíces, piedras, terrones, etc.) que pueden contener.